Violencia obstétrica y perspectiva de género: La Recomendación 3/2015 de la CDHDF
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Resumen
En México más de 6 mil1 mujeres al día acuden a las instituciones de salud pública para recibir atención médica relacionada con alguna de las etapas de su embarazo, parto o puerperio. En la Ciudad de México la Secretaría de Salud del Distrito Federal reportó que se atendieron 32,260 partos y 17 228 cesáreas en 2014, dando un total de 49 488 servicios de ese tipo en las unidades médicas.2 Algunas de esas mujeres que buscaban acceder a los servicios de salud, frecuentemente refieren maltrato, ya sea físico, verbal o psicológico, no están de acuerdo con algunos tratamientos médicos y manifiestan haber recibido tratos inadecuados que resultaron crueles y degradantes por parte del personal médico o que pusieron en riesgo su integridad física y emocional, así como la de los productos del embarazo.3 Con independencia del desenlace del tipo de experiencia hospitalaria que particularmente viva una mujer, difícilmente el maltrato es evidenciado o resuelto en las instancias destinadas para determinar responsabilidad administrativa o penal, dejando una percepción de indefensión en las víctimas que sufren este tipo de violencia. En la búsqueda de justicia, las mujeres o sus familiares acuden a las instancias no jurisdiccionales con la expectativa de que se reconozca que el trato y las consecuencias del mismo, han colocado a las pacientes en un estado de vulnerabilidad que viola sus derechos humanos. Este es el contexto en el que acudieron a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) mujeres o sus familiares a interponer quejas, que una vez investigadas conformaron la Recomendación 3/2015,4 dada a conocer a la opinión pública el 28 de mayo de 2015. Este instrumento recomendatorio incorpora una perspectiva de género y evidencia prácticas institucionalizadas en el ámbito de la salud pública del Distrito Federal, las cuales replican modelos de intervención que provocan violencia contra las mujeres y reproducen un contexto de violencia institucional.